jueves, 23 de diciembre de 2010

El porqué de las cosas

¿Y por qué un blog precisamente ahora?

¿Y por qué no?

Para vomitar en el ciberespacio el asco que siento a diario por esta adicción de letras y Tigretones que me escalda el ánimo.

Para sentar cátedra, cómo no.

Para que la gente se asome a mi ventana; para poder dejarles mirar dentro, sí, echa un vistazo rápido, haré como que no me doy cuenta y dejaré caer lentamente el camisón color carne; mostraré un poco más de mi carne nada magra (pero aún prieta, translúcida), de belleza de los años 50 que sé que, en el fondo, tanto os llama la atención.

Si os quedáis lo suficiente, con suerte, veréis caer la peluca, porque, yo os revelo el secreto en la primera entrada, las divas de verdad, las divas como yo, las que vieron el éxito un día y no se resisten a caer en el olvido, todas ellas, sin excepción, todas se han quedado absolutamente calvas.