¿Y por qué un blog precisamente ahora?
¿Y por qué no?
Para vomitar en el ciberespacio el asco que siento a diario por esta adicción de letras y Tigretones que me escalda el ánimo.
Para sentar cátedra, cómo no.
Para que la gente se asome a mi ventana; para poder dejarles mirar dentro, sí, echa un vistazo rápido, haré como que no me doy cuenta y dejaré caer lentamente el camisón color carne; mostraré un poco más de mi carne nada magra (pero aún prieta, translúcida), de belleza de los años 50 que sé que, en el fondo, tanto os llama la atención.