viernes, 22 de julio de 2011

La nueva taxidermia, de Mercedes Cebrián

Leyendo a Mercedes Cebrián me entra el pánico. Mis dos novelas no publicadas van exactamente sobre los mismos temas (los recuerdos, una, el humano escondido tras el muñeco, la otra) y me pregunto, ¿todos estos años quizá hayamos llevado vidas paralelas sin saberlo?, ¿la habrán dejado tirada los mismos tíos que a mí, habrá comido los mismos cereales de desayuno, leído la misma parte de atrás de los champús mientras defecaba, paseado las mismas novelas sobadas en el bolso mientras usaba el transporte público?, ¿habrá aceptado trabajos tan denigrantes, tenido jefes tan hipócritas, amigos tan cobardes?
La nueva taxidermia es literatura valiente, cómo no me lo iba a parecer a mí, que he escrito sobre lo mismo, vidas similares, pensamientos globales. Jodido y puto mundo global, ya me puedo limpiar el culo con los dos manuscritos, porque aunque han sido escritas hace mucho, mucho, mucho, si se publican algún día olerán a ya leído. Ah, vana esperanza. Quizá Mercedes Cebrián es mi yo desdoblado, ella soy yo, sólo que es el yo mío con posibles que se arriesgó y se fue a estudiar a Madrid. Se fue a estudiar a Madrid y aprendió a titular: ‘Voz de dar malas noticias’ es el título más atrayente con el que me he topado en los últimos tiempos. Su contenido, engancha, a pesar de que tiempo y energía no es lo que me sobra en este momento.
En realidad puedo estar contenta, porque con su éxito me debería hacer sentir como si yo también triunfara. Como todos esos energúmenos enfebrecidos que gritan como locos cuando su equipo marca un gol.
Golazo de Cebrián!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!