miércoles, 30 de marzo de 2011

Instituto Coca Cola de la Felicidad

Mi mejor amigo me pasa este enlace:

http://www.institutodelafelicidad.com/

Y me dice: Mira atentamente y, oh, maravíllate con la capacidad de las empresas de jugar con conceptos tan filosóficamente discutidos como el de ‘Felicidad’.

Yo busco y rebusco en la dichosa y enigmática web y no veo más que datos sin sentido de una encuesta ciudadana para vender más Coca Cola, y así se lo hago saber. Mi mejor amigo (no, este no escribe) me informa de que ha enviado nu mail a la dirección de contacto preguntándoles en qué definición sobre el término ‘Felicidad’ se han basado para hacer el estudio.

Señores, Coca Cola responde siempre a sus clientes (potenciales o no). No os quedéis con las ganas:

Estimado amigo:

Muchas gracias por tu correo y por hacernos llegar tus dudas/comentarios.

En primer lugar aclarar que desde el Instituto Coca-Cola de la Felicidad no nos ceñimos a ninguna definición de Felicidad, no es nuestro cometido y de ninguna forma nos atreveríamos a tamaña responsabilidad.
El Instituto Coca-Cola de la Felicidad es una organización sin ánimo de lucro, con el único fin, de investigar y difundir conocimientos sobre Felicidad.
Contamos con una serie de expertos que trabajan para estudiar tan codiciada materia, recoger datos, ofrecer ponencias y de esa forma, poder dar a conocer, las claves de cómo son las personas que se consideran felices; Por supuesto no somos (ni nos consideramos) quién para dar un decálogo sobre felicidad, simplemente trabajamos para conocer el perfil del ciudadano feliz y darlo a conocer a todos, como ves únicamente a nivel divulgativo.
Es por ello que la definición de la Felicidad consideramos que es puramente intrínseca a cada uno de nosotros, la que vale para uno, puede no ser la más acertada para otro;
Por ello, no nos ceñimos a la definición de ningún pensador o intelectual, aunque respetamos e incluso admiramos casi todas.

Con el fin de que nos conozcas un poco más, si es que esto es posible, nos gustaría informarte de la posibilidad de encontrar diversos estudios que hemos realizado que se pueden descargar libremente en nuestra página web.
En ellos, intentamos explicar de forma más clara, cuál es nuestro objetivo y a su vez, ofrecer una visión más cercana de algunos de los expertos que colaboran con esta institución, a la que tanto aprecio tenemos.

Una vez más agradecerte tus comentarios.
Por nuestra parte decirte que estamos a tu entera disposición.

Un cordial saludo,
Instituto Coca-Cola de la Felicidad


Además le informan amablemente de que se quedan con sus datos, pero que oye, que cumplen la LOPD, sin miedo...

¡Felicidad para todos!

lunes, 14 de marzo de 2011

Acuñando ‘Guayserismo’

Tengo una tercera amiga que también escribe a la que le gusta un término que uso mucho: ‘Guayserismo’ Sí, que escribe, qué coño, ¿es que no lo sabíais?, los mongolos de la pluma tenemos imanes, hasta en sitios inhóspitos como este del sur donde, si se saca, es para alabar a la Giralda. Los imanes que portamos nos sirven para repeleatraernos, esquivando a los amantes de la Feria y la Semana Santa para darnos de bruces con nuestros otros yo, leernos, envidiarnos cada vez que uno publica aprovechando un contacto mientras los otros muerden el polvo.
El guayserismo es una cosa muy seria, y hasta que algún tío listo haga un doctorado sobre el término, no podrá comprenderse por el no iniciado más que poniendo ejemplos. Tao Lin es un guaysero, Pola Oloixarac es una guaysera, ¿es Alpha Decay la editorial del guayserismo por excelencia? Viva. Voy a escribir una novela sobre follar a través de gmail, con envío descriptivo de fotos guarras con sus características técnicas espaciadas ocupando los párrafos, a ver si así entro en su mundo, a ver si así se olvidan de que sólo soy una chica de provincias que ha ganado un único premio a la que no le acaba de convencer ‘El guardián entre el centeno’ (herejía), a ver si así los guayseros del mundo me confunden por un ratito con una de ellos.

martes, 8 de marzo de 2011

'Rosas, restos de alas', y 'Nada es crucial'

Tengo una amiga que también escribe, bah, se me hace tan difícil denominarnos escritoras a nosotras, que no ganamos dinero con ello, que nos conocemos desde niñas, que lo único que hacemos cuando nos juntamos es hablar de todo menos de literatura; pero sí, no diré que hablamos sólo de tíos y de reglas, no, no puedo ser injusta, ya que también hablamos de facturas, de formación, de cosas que se pierden para siempre, y sí, asiduamente, nos recomendamos cosas para leer. Ella está muy obsesionada últimamente con dos hitos literarios en concreto: que sólo le queda un libro de David Foster Wallace por leer de primeras en esta triste vida (y encima está inacabado, pobre), y dos, su ‘descubrimiento’ personal de la figura de Pablo Gutiérrez como escritor contemporáneo mínimamente prometedor. En lo primero la comprendo (la muerte de Wallace me sigue conmocionando como conmocionó en su día la muerte de Kurt Cobain a miles de adolescentes perdidos), en lo segundo me lo estoy pensando, creo que necesito más pruebas para entrar a valorar su pasión.

Lo primero que certifico es que este escritor no tiene buena mano con los títulos (jamás me habría comprado su primera novela de no ser por la insistencia de mi amiga), lo segundo es que tampoco tiene buena mano con los finales (ni en la primera, ni en la segunda), pero en medio, ah, en medio, en medio hay literatura interesante, sí, un gusto por la palabra, por la imagen literaria que me conmueve, unas ganas de remover al lector, de pincharle con alfileres, de darle collejas para que despierte, sólo por si está dormido, por si acaso, la novela es tan ochentera que me produce escozor, es tan actual como cualquier página de periódico, pero mejor escrita, eso sí, con un final de dedo en el ojo que no comprendo.

Mi amiga sigue su blog, y aunque yo en principio recelo de cualquier escritor que haya sido periodista (¿será mi odio hacia Pérez Reverte el causante de ello?), al final yo también me he hecho asidua (parece que él renegó también de la profesión hace tiempo), pero lo dicho, necesito más datos para juzgar, a ver si hay suerte y su libro de cuentos gana el II Premio Internacional de Narrativa Breve Ribera del Duero, para el que resulta que es finalista junto con otros seis escritores, a ver si hay suerte, digo, y lo publican, y podemos juzgar sobre una base más amplia... De momento, el título del libro de cuentos finalista, ‘Ensimismada correspondencia’, no mejora, esperemos que su prosa siga siendo interesante, pues.


viernes, 4 de marzo de 2011

Premonición

Ya hace tiempo que lo acabé, 'Premonición', de Pepe Cervera, digo, pero he estado perezosa. A veces me pasa eso, que me quedo suspendida en el tiempo, contándome las calvas nuevas que me salen, limpiándome la mugre de las uñas con un palillo, con la cabeza completamente ida, asumiendo posiblemente que fracasaré en la vida por no saber aplicarme eso que ya rezaba el I-Ching de que es propicia la perseverancia. Ah, yo lo hubiera reescrito: es propicio el peloteo, el pasilleo, la lamida turgente de ojete ajeno, sí, ¿la perseverancia?, pues bueno, eso puede que también ayude además (todos sabemos que no hay nada como una lengüetada perseverante).

Pero yo he venido a hablaros del libro (del mío no, obviamente, ah...). Y es que me ha pasado una cosa rara con ‘Premonición’. Mientras lo leía me gustó bastante, disfrutaba algunos textos con fruición y me apiadaba del padre-ruina de uno de sus cuentos, un personaje con un hueco en el centro de la palma, como Jesucristo, de él y de sus sufridos condiscípulos, que pasan mucho frío en el coche teniendo el Mc Donalds tan cerca, sí, pero luego me pasó que lo acabé, lo maduré, y pensé: vaya, eliminaría el primer cuento y el último de este libro, porque se salen de todo, de estilo, de tono, qué raro. Y ahora ocurre que ha pasado más tiempo, y ya sólo me acuerdo del primero, del último y de esos personajes sin gasolina que pasan frío a la puerta del McDonalds, de ese relato que tiene el mismo título del libro y que es, a todas luces, el mejor de la compilación, tal vez, por el que vale la pena comprar el libro entero.

Mientras encuentro algo bueno que leer, yo seguiré aquí, evitando los pasillos y los ojetes ajenos, esperando el dulce momento en que la guillotina laboral caiga sobre mi cabeza. No sé, es algo así como una Premonición.