viernes, 21 de diciembre de 2012

Todo lo que el dinero puede comprar

Si hago balance, que es lo que toca en estas fechas, el 2012 no ha estado tan mal (ya ven que una hasta se alegra de la mierda que le ha tocado en suerte). Conservo mi trabajo y mi sueldo miserable, los míos están sanos (a él no le tengo como me gustaría, pero está bien y lo sé y eso debería bastarme), he escrito cosas que no tiraría al cubo de la basura, he hecho amigos nuevos, he visto a los de siempre, he dicho cosas en discusiones que nunca pensé que sería capaz de decir en serio y sin refugiarme en la broma, he comprado pocos libros y aún así tengo alguno que otro sin leer aún en mis estanterías canijas, no me han multado en la biblioteca por más de una semana, la simple sensación de proximidad con esa persona me sigue poniendo los pelos de punta, una vez le llevé a la playa en invierno y espero que algún día se acuerde de eso, pagué dos euros para obtener una foto con un papá Noel de Barba torcida y no me arrepentí, visité a un par de amigos en la capital, vi una sola película buena, hice pan y salió rico, me dijeron que no y el mundo siguió andando, dije ‘me cago en la puta’ delante de mi jefe, ventoseé en el ascensor y me hice la loca cuando la cosa se puso fea, maldita verdura ecológica, hablé con un compañero de trabajo sobre pajas adolescentes durante un almuerzo y aluciné al ver que se quedó sorprendido de saber que las mujeres también tienen esa fea costumbre, dije que no unas cuantas veces por pereza y me di cuenta de que no pasa nada si lo hago, me enteré de algo que me dolió por otro, escribí emails muy largos y recibí de vuelta algunos de igual extensión y tremendamente divertidos, y en fin, inevitablemente sigo soñando. Supongo que este balance quiere decir que sigo viva. Sigo viva, señores, y si después de todo esto no me he muerto seguiré escribiendo idioteces aquí, así que Felices Fiestas a todos y feliz entrada en un 2013 que ya veremos lo que nos trae.
(maniquí de http://www.jazno.net)