jueves, 3 de enero de 2013

Lo que piensas que pasará y lo que pasa en realidad

No suele coincidir, digo, lo que uno piensa que pasará y lo que pasa en realidad, y eso explica fácilmente por qué vamos con mucha expectativa a esos cotillones de Fin de Año y al final sólo pasamos frío y sueño, mirándonos los pies y pisando lodo alcohólico con restos de papel confeti. También puede explicar por qué vas a una cita agachando la cabeza convencido de que será un desastre y te sorprendes regresando a las tres de la mañana con ganas de gritar de felicidad, claro que en este segundo ejemplo puede que tuvieras el estómago más vacío y te hubieran cabido más cervezas o más gintónics, depende. Cuando uno cree que se lo pasará mierda bebe para darle al alcohol el control de la situación, y siempre que le des rienda y media (no las dos, tampoco es cuestión de acabar en coma etílico), la cosa suele manejarse sola mucho mejor de lo nuestras torpes expectativas sabrían conducirla. Lo chungo es cuando me imagino que bebo un poco y me desinhibo y digo lo que quiero decir y la cosa funciona, y en realidad bebo demasiado y hablo más de la cuenta y me entero de cosas que nunca habría querido saber y por supuesto me quedo sin follar una vez más. Pero coño, qué bien nos lo pasamos, ¿no? Viva el 2013.
http://www.jazno.net, qué pedazo de maniquíes.

4 comentarios:

  1. Esas experiencias que relata son muy universales. Pena que no pensemos en alto. Nos organizaríamos mejor y nadie, a poco mal que hiciésemos las cosas, se iría a casa sin follar.

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  2. Las mujeres, lamentablemente, lo tenemos peor, anoche mismo usé el término que empieza por f delante de dos hombres y les vi escandalizarse de verdad, qué pereza me da.

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  4. Sí, nos creemos que la palabra es "nuestra".

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