martes, 10 de mayo de 2011

A bordo del naufragio (Alberto Olmos)

Pues como yo misma me siento a bordo del naufragio laboral después de haber estudiado en una facultad muy parecida a la que describe Olmos en su novela, me puse a leerla con interés agónico, que es el auténtico interés lector, para que lo sepáis.
Al principio me dio bastante pena que, debido a la mera casualidad, me hubiera leído el ‘Autoayuda’ de Lorrie Moore antes que el ‘A bordo del naufragio’, eso me hizo, quién sabe el motivo, disfrutar menos del estilo, por otra parte interesante (aunque fastidioso en la auto justificación del narrador que se hace en algún momento). El personaje protagonista que recrea me genera, sin embargo, un sentimiento extraño, pues es como si le apreciara a él, con sus miserias y su misantropía, pero sin embargo, no pudiera soportar al jodido narrador metomentodo que me lo cuenta, siendo más o menos, la misma cosa. Si esa era la intención (si es que un propósito existe en la escritura), bravo, bravo.
Supongo que, al igual que algunas entradas de su blog (que descubrí no hace mucho), me produce ese sentimiento dual inexplicable de atracción rechazo que probablemente él pretenda para sus lectores, con lo cual, le reconozco el mérito. Como el rascarse cuando pica. Hasta hacerse costra.


P.S: No pensaba añadir este aparte, pero sí, para que sepáis que el script no es sólo necesario en cine. En el libro hay un personaje, una vecina vieja que recorre los pasillos del descansillo del bloque donde vive el protagonista, que al principio viste una bata rosa con bolitas y que, al final, él rememora vestida con una bata azul, y ahí mi imaginación hizo crash: esa vieja me era más cercana cuando vestía de rosa. Imagino que ya le habrán comentado ese detalle mil veces, pero a mí me sacó momentáneamente del relato, qué queréis que os diga, puntillosa que es una. Tal vez Olmos me contrate algún día como script de sus novelas. Y ahí os dejo, mientras espero que llegue el becario que a partir del mes que viene hará mi trabajo, para reducir costes, que hay crisis. Tengo que dejárselo todo bien explicadito. Rascarme si me pica, arrancar un poco de piel muerta aquí, de resentimiento allá. Mientras he de sentarme a esperar (sin derecho a paro, los autónomos encubiertos, ya se sabe), a ver cómo solidifica mi pústula.

No hay comentarios:

Publicar un comentario