miércoles, 6 de noviembre de 2013

Segundas partes nunca fueron buenas

Pensaba que para volver a publicar algo en este blog después de tantos meses de silencio tendría que escribir un increíble post resumen de mis últimas vivencias, algo grande y con garra, pero no, mi cerebro ha hecho plof, estoy seca, así que haré un resumen mierder porque de lo contrario no volveré a arrancar jamás: dos meses de reposo médico panzarriba después de mi último post nació mi segundo hijo, que para colmo, tiene el mismo padre que el primero. Ya lo sé, segundas partes nunca fueron buenas, tú estás loca, bla bla bla. Él cuida del primero, yo del segundo. Un bebé y todo lo que trae consigo (salvo depresiones post parto, que de eso no tengo, todo lo demás es mío, sueño, amor incomprensiblemente intenso por tres kilos de carne humana, sueño, sueños, teta, cacas, ropitas, problemas con la higiene personal por miedo a dejar solo al bebé, todo, todo mío, más algo de lectura y algo de cine en dvd y la muerte absoluta de mi ya escasa vida social). Así están las cosas y así se lo hemos contado. Disculpad lo que diga a partir de ahora, no soy yo, son mis hormonas: os quiero, asquerosos, por ser los únicos que permanecéis (sobre todo tú, mi muy mejor amigo, desde esa mierda de país frío donde te has ido a poner cervezas, hijoputa).

2 comentarios:

  1. Celebro que todo vaya bien. Algunos días me acuerdo de sus compañeros de oficina. Habrán muerto?

    ResponderEliminar
  2. Si no han muerto cuando regrese estaré muy decepcionada.

    ResponderEliminar