viernes, 30 de marzo de 2012

Marzo, ‘El mes más cruel’.

No pude hacer huelga. No porque no estuviera de acuerdo, no; no porque tuviera miedo de ser despedida, no, sino por dinero, ah, miserable...
Perder un día de sueldo para alguien que roza los 800 mensuales (casi casi) a los 35 años de edad y que encima vive sola roza la irrealidad, lo sé, shhhh, ¿haces huelga? No sé, ya veremos. Lo que tengo que aguantar. ¿Por qué nunca quieres ir a comer a un restaurante, por qué nunca quieres ir al cine? Nuestra relación se estanca, dice mi becario. ¿Qué relación? Creo que piensa que bromeo. Me da miedo. El día que te vi por primera vez tenías unas ojeras increíbles, preocupantes, daba la sensación de que estabas enferma, ¿sólo comes pasta y arroz o qué? Por suerte él trae coca colas y palomitas a casa de vez en cuando, su beca tampoco da para mucho (menos mal que sus padres compran los productos frescos que le mantienen lozano, o quizá es que es mucho menor que yo. Puede).
Arroz. Lo barato. El fin de mes. Esa cosa que llega siempre a día 15 y que te hace tachar los números del calendario con ferocidad, una barra apretada, para que no se escapen.
No he hecho huelga porque el 29 estoy ya a final de mes y en el comedor del curro se come barato: 4,75 primer, segundo plato y fruta. Además, como sola, puedo leer mientras mastico despacio. ‘El mes más cruel’ de Pilar Adón. Esos cuentos de niños pijos en ambientes de ensueño pesadillesco en el que casi todos los que salen tienen un libro entre las manos. Qué bien. En estos cuentos todo es aparentemente apacible, aparentemente. Como lo que me ronda la cabeza estos días, un demonio. Es raro, y lo raro atrae, engancha, es un mundo propio que me queda lejos pero en el que me gusta fisgar. Desengáñate, marzo es el mes más cruel, o eso piensas ahora; ni frío ni calor, ni un euro para ahorrar, sabiendo que sólo las niñas que se crían entre gente que siempre tiene un libro en las manos son tomadas en serio.

1 comentario:

  1. Marzo desbanca a Abril sin duda alguna, amiga. Baci...
    P.S: No hables de mi como la que escribe, generas demasiadas expectativas.

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