miércoles, 23 de mayo de 2012

Mi imaginación florida, o ‘Tengo miedo, torero’ de Pedro Lemebel

‘Tengo miedo, torero’ es de esas cosas que caen en tus manos por casualidad y luego no te explicas cómo no llegó antes hasta ti. La imaginación exuberante del protagonista maricón es como la mía, pero en opuesto. Él imagina todo en positivo (la mayor parte de las veces, hasta que el sueño se frustra solito), yo lo imagino todo en negativo, voy a tener que hacérmelo mirar. Si en el entorno del Chile de mediados de los 80 su protagonista, La loca del frente, cuarentón solitario, puede ver la vida color rosa franela, no entiendo cómo yo, afectada por esta crisis sólo de refilón (antes de la crisis ya cobraba una mierda y no llegaba a fin de mes, oiga), no puedo verlo de algún color distinto al negro. La loca del frente, con su amor débil y unilateral, me resulta más verdadera que mi ranciedad mal disimulada, mis ganas de socializarme abortadas media hora antes por mis mensajes de móvil cobardes. Me voy a sumar a un grupo de escritura y cerveza, a ver si así recupero las ganas y salgo de la espiral trabajo-casa-trabajo. Si busco, encuentro cosas buenas, a una chica que conozco (de Sevilla, ¿no es increíble?) le publica Plaza y Janés. Da para alegrarse, no van a ser todo disquisiciones ombliguiles. Llega el buen tiempo, los mensajes del becario no cesan, igual me rindo, ¿sabéis? A veces es bueno abrir la puerta a enemigo y dejar que el pensamiento oscuro se airee un poco. A pesar de este alegato, tengo miedo, torero.

2 comentarios:

  1. Eso del grupo escritura-cerveza puede funcionar. Personalmente subiría el tono, pasando de la cerveza a la ginebra. Se ven las cosas con más claridad. Déle una vuelta a la idea.

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  2. Ya me rajé a la primera convocatoria, la ginebra (sobre todo la Bombay) es mejor en soledad. ;)

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