martes, 26 de junio de 2012

La gente hace cosas feas a escondidas

Bueno, que la gente hace cosas feas a escondidas es algo que yo ya sabía, porque he leído mucho postmoderno y he pasado mis tiernos años de adolescencia empapando mis neuronas con horas y horas de metraje de cine independiente; pero no ha sido hasta ahora que empezado a comprobar que realmente es así a todos lo niveles, que somos los reyes de la impostura. No se trata ya del señor de cincuenta que se saca los mocos en el semáforo por la mañana mientras espera el verde, de la madre de familia que recupera del suelo sucio un trozo de galleta babeado y se lo come sin pensar delante de su vástago, o de la tierna adolescente que tuvo que ir a urgencias porque aquello se le quedó dentro y no podía sacárselo, no, se trata de conspirar, mierda, conspiraciones tremendas y a pequeña escala, porque ya nadie cree que vaya a arder en el infierno ni nada de eso, que lo de vender el alma de uno y tener a cambio un cuadro feúcho son cosas muy góticas, tú, y aquí en Sevilla todo es sol y calor, los edificios no tienen aristas y estamos curados de espanto, que la anécdota de la mortadela mina ya no impresiona, el libertinaje está obsoleto, querida, ya no tiene importancia, ahora se jode de otra manera. Como en lo laboral todo lo necesario se vuelve superfluo para poder seguir manteniendo el mismo ritmo de gasto (echamos a la contable para que no nos ponga mala cara al pasar las facturas de viajes), la cosa se nos ha ido de las manos y hemos aplicado esta regla a todos los ámbitos. He leído tres novelas de tres nuevos autores que han caído en mis manos en un ida y vuelta de AVE a Madrid, y no voy a decir nada porque nada tengo que decir; sólo puedo dejar de desear publicar, matar el deseo, que siempre ayuda para evitar males mayores. ¿Qué es esto?, ¿qué me venden?, ¿por qué la vuelta de tuerca al dolor no consigue ya hacerme gracia ni en clave cómica?, ¿por qué pienso que si ellos han publicado esto tan malo es porque algo feo habrán hecho a escondidas?

No hay comentarios:

Publicar un comentario